No todo el acero es igual: un poco de ciencia de los materiales

es un material con hierro como componente principal y un contenido de carbono inferior al 2,06%. El acero puede conformarse en frío o en caliente, es decir, puede forjarse, doblarse, laminarse o estirarse. Las aleaciones de hierro y carbono con un contenido de carbono superior al 2,06% se denominan fundición.

es un acero especialmente puro. Además de hierro, el acero siempre contiene cantidades indeseables de fósforo y azufre (los llamados subproductos del hierro).

Estos elementos tienen un efecto negativo sobre las propiedades de utilización. Por ello, un acero sólo puede etiquetarse como inoxidable si el azufre y el fósforo representan menos del 0,025% en masa de la aleación.

(Aleación = mezcla de al menos un metal y uno o varios elementos químicos).

se refiere al acero inoxidable cuya aleación contiene más de un 10,5% de cromo.

Debido al alto contenido de cromo, se forma una capa protectora de óxido de cromo en la superficie del material (la llamada capa pasiva). Esta capa impide que el oxígeno del aire reaccione con el hierro del acero, lo que provocaría su oxidación. El óxido se produce cuando el hierro del acero reacciona con el oxígeno y el agua. Desde el punto de vista químico, el óxido es hierro oxidado. El óxido es poroso y las zonas oxidadas favorecen una mayor corrosión del metal hasta su completa desintegración. Esto es precisamente de lo que protege al «acero inoxidable» la capa pasiva de óxido de cromo.

Como el «acero inoxidable» tiene esta densa capa protectora de óxido de cromo, no puede oxidarse, ¿o sí? La capa protectora de óxido de cromo es «autorregenerativa».

Esto significa que si la capa protectora se daña en un punto, por ejemplo por un impacto mecánico, inmediatamente se vuelve a formar una nueva capa protectora en ese punto, ya que el cromo del acero se combina automáticamente con el aire para formar óxido de cromo (= capa protectora = capa pasiva).

Una capa protectora que se renueva sola... suena muy bien. Sin embargo, hay un pequeño inconveniente: la capa protectora de óxido de cromo sólo puede formarse y permanecer intacta sobre una superficie limpia. La contaminación continua por influencias ambientales -como gases de escape, partículas de hollín, sal de mesa o líquidos que contengan cloruro- puede dañar la capa protectora. Y entonces puede formarse óxido real (corrosión) incluso en el «acero inoxidable». Por tanto, la limpieza periódica de las superficies es esencial para garantizar que el poder autorregenerativo de la capa pasiva pueda funcionar con fiabilidad.

Para que el «acero inoxidable» se corroa, suele hacer falta tiempo y malas condiciones. Afortunadamente, si descubre depósitos de óxido marrón en el acero inoxidable, rara vez son un signo de corrosión real. Suelen ser partículas de óxido procedentes del entorno que se han depositado en la pieza por encima de la capa protectora, la llamada película de óxido. El óxido repentino puede eliminarse fácilmente de la superficie mediante limpieza.