Ya sea en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, en un bar de Múnich o en la freidora de la comida rápida: los robots se utilizan cada vez con más frecuencia en el sector de la restauración. Lo que en algunos casos aún suena a ciencia ficción ya ha llegado al presente.

Desde la producción hasta el servicio, numerosos fabricantes ofrecen ahora soluciones robóticas para el sector de la restauración. Las razones para utilizarlos van desde la escasez de personal y la higiene hasta aliviar a los empleados de tareas agotadoras y monótonas. Presentamos tres ejemplos actuales.

En el futuro, los robots se situarán en la «Estación del Mojito» y podrán preparar una versión normal y otra sin alcohol del cóctel más popular de Sausalitos. «Se escanea un código QR con el móvil, se pide con él, se paga sin efectivo y los brazos colocan la bebida delante del cliente», explica Heidt. Sin embargo, hay algo que ni siquiera los mejores robots de bar podrán sustituir en un futuro próximo: la interacción humana entre camarero y cliente, desde la charla relajada hasta las conversaciones en profundidad a altas horas de la noche.

Uno de los objetivos en el desarrollo del robot cocinero asistido por IA era lograr resultados consistentes, es decir, un perfil de sabor constante de los alimentos. Con ayuda del procesamiento de imágenes y sensores, se comprueban más de 1.200 parámetros cada microsegundo. «Cuanto más cocinan, más aprenden y dominan las recetas. Además, los platos pueden actualizarse rápidamente», explica Sunkara las ventajas de los robots cocineros asistidos por IA. En pocos minutos pueden cargarse nuevas recetas, que el robot prepara inmediatamente, ya sea comida rápida sencilla, un plato asiático al wok o cocina mediterránea.

Además de sus propios restaurantes, Nala Robotics ofrece a los restauradores la oportunidad de abrir su propia cocina en la nube: Se cargan las recetas y se crean las opciones de pedido correspondientes (sitio web propio o plataformas de entrega). Cuando se encargan, los platos se preparan frescos en la cocina robotizada de Nala y luego se entregan al cliente mediante el servicio de entrega contratado. «De este modo pueden lanzarse nuevos conceptos y marcas de restauración en 24 horas», afirma la empresa.

Desde la preparación automatizada de la comida hasta el proceso de servicio a través de un sistema de raíles con drones y un camarero robot, la robótica del catering se ha llevado aquí al extremo: Tras escanear el código QR del plato seleccionado, comienza el proceso automatizado de preparación, ya sea una hamburguesa con patatas fritas o un plato chino de cazuela de barro. Desde freír la hamburguesa y apilar los ingredientes hasta envolver la hamburguesa terminada en papel, todos los pasos de trabajo los realiza el robot. Los platos principales se entregan al cliente mediante drones sobre un sistema de raíles. En Pekín, los comensales sólo tenían que recoger la comida a mano.

Todo muy impresionante a primera vista. Pero la mayoría de los representantes de los medios de comunicación se dieron cuenta al cabo de unos días de que la fascinación inicial daba paso muy pronto a un cierto hastío con el entorno artificial. «Echo de menos que me entregue la comida una persona de verdad. Así puedo regañarles directamente si algo no está bien. O alegrarme de ver una cara amable», así describía un periodista su impresión in situ. El contacto personal no es tan fácil y rápido de sustituir, aunque sólo sea para quejarse.