Cuando el robot está en la cocina

La ciudad hanseática nunca había visto una cocina así. El desarrollo de la start-up Goodbytz, un gran cubo de acero inoxidable con elementos de cristal e iluminación, parece sacado de una película de ciencia ficción. En el interior de la futurista unidad, un brazo robótico opera despreocupadamente sobre ocho placas de inducción con ollas que previamente han sido rellenadas con ingredientes al gramo exacto mediante sinfines en espiral. Para que nada se queme, las ollas cogen velocidad y giran a 180 revoluciones por minuto. Mientras, otro brazo adereza los alimentos con especias o salsas. El cubo también integra un lavavajillas para las ollas. El rendimiento del ingenioso sistema: 150 platos por hora. Con un ciclo de vida de unos cinco años, eso supone un total de unos 6,75 millones de comidas. La cocina robot encontrará sus clientes en el mundo de las cocinas fantasma, entre otros. La empresa también planea su propio restaurante insignia en el centro de Hamburgo.

Agitado o revuelto: Si le apetece un cóctel refrescante después de un día en el casino, aquí encontrará lo que busca, pero no debería buscar charlar con el equipo que está detrás de la barra. Están formados por robots industriales con el cielo lleno de botellas. Tras realizar el pedido a través de una tableta, cogen con precisión todos los ingredientes necesarios y mezclan la bebida deseada - rodaja de limón, hielo y compañía incluidos. El concepto del espectáculo encaja perfectamente en la capital mundial del entretenimiento y tiene una gran ventaja desde el punto de vista del operador: no hay músculos doloridos después de un largo turno mezclando bebidas.

Aquí se puede comer un poco de todo. Más de 40 robots preparan platos de comida china, hot pot y comida rápida para 600 comensales. Robots camareros con grandes ojos de LED hacen sus rondas para recibir las peticiones culinarias de los clientes y transportar bandejas de postres. La preparación de platos calientes también está muy automatizada; el robot de pasta, por ejemplo, puede preparar 120 raciones por hora. A continuación, se cuelgan del techo mediante brazos de agarre en el comedor. Sin embargo, los platos no se colocan directamente en las mesas. Esto lo sigue haciendo el personal humano tradicional. Un poco de tradición también viene bien, ya que el restaurante robot XXL está situado en el distrito Shunde de Foshan, cuna de la cocina cantonesa.

Aquí, los robots asumen el papel de anfitriones: los visitantes no sólo son recibidos por un bot anfitrión. Desde recomendar el menú hasta servir, todas las tareas de servicio están en manos de simpáticas criaturas mecánicas de ojos grandes y brillantes. El galardonado Avatar Robot Café es un laboratorio real de inclusión e integración: los robots son teledirigidos por personas con graves limitaciones de movilidad por motivos de salud. Incluso los pacientes que no pueden levantarse de la cama pueden volver a participar en la vida social cotidiana.

En la localidad de alta tecnología de California, varias empresas han unido sus fuerzas para hacer realidad su visión de un restaurante totalmente autónomo. CaliExpress confía en un dúo de robots para preparar la comida: uno se encarga de las hamburguesas y el otro de que las patatas estén crujientes. "No encontramos personal suficiente para trabajar en la freidora y las parrillas", dice la empresa. "Son trabajos peligrosos y esta automatización nos ayuda a resolver muchos de estos problemas". A su vez, el reconocimiento facial y la IA intervienen en el contacto con los clientes. Sus preferencias personales de comida rápida se leen literalmente en los ojos de los clientes que vuelven, por lo que se acabaron las sorpresas desagradables cuando dan el primer bocado a la jugosa carne: "Ahora cada hamburguesa se prepara exactamente igual todas las veces."

Los platos se siguen cocinando entre bastidores a la manera tradicional, con la fuerza del hombre y la mujer. Sin embargo, el proceso de servicio en el "primer restaurante en bucle del mundo" es un espectáculo que deja con la boca abierta a más de uno: Brillantes raíles de acero inoxidable serpentean por toda la sala, que cobran vida cuando uno hace su pedido a través de una pantalla táctil. Pequeños carritos cargados de ollas, botellas de bebidas y postres en tarros de conserva bajan zumbando desde arriba hasta las mesas, justo delante de los visitantes.

Los restaurantes con máquinas expendedoras son auténticos clásicos. Después de todo, las paredes llenas de compartimentos iluminados con todo tipo de golosinas esperando tras sus puertas transparentes existen desde hace más de 100 años. Ahora, la empresa Automat Kitchen ha dado un giro digital a este concepto de eficacia probada: Los alimentos ya no esperan en los compartimentos hasta que encuentran comprador. En su lugar, terminales con pantallas táctiles toman los pedidos, los empleados preparan los platos al momento y unos minutos después están listos para ser recogidos tras las puertas de las máquinas expendedoras.

Con su cabeza de muñeca y su gorro de cocinero, el "NooBot" puede parecer un poco extraño. Pero su rendimiento es aún más impresionante. Prepara 150 fideos Dao-Xiao por minuto raspándolos de un bloque de masa con un cuchillo y colocándolos directamente en la olla. "Los fideos deben ser como pequeñas hojas: gruesos en el centro y muy finos por fuera", explica el fundador del restaurante, Nan Pustelnik-Zhao. Y "NooBot" lo consigue a la perfección. La pasta procede de la cocina tradicional del noroeste de China y se sirve con salsa de sésamo y cacahuete, dados de panceta de cerdo o con una sopa de miso con tofu y verduras.

No siempre tiene que ser un horno de piedra. A veces basta con una máquina expendedora roja. Aquí se elabora pizza fresca las 24 horas del día en varios pasos, sin ayuda humana: Después de mezclar la masa con harina y agua y moldearla, se añaden la salsa de tomate y los ingredientes. A continuación, la pizza se hornea a alta temperatura en menos de tres minutos hasta que queda crujiente: ¡listo!

La franquicia Bowl ha reconocido el potencial de la automatización. "La pandemia ha agravado el problema", afirma su fundador, Dennis Grote, sobre la escasez de mano de obra. "En particular, faltan cocineros formados y con experiencia. Podemos gestionar el restaurante con sólo dos empleados; sin robots, necesitaríamos tres cocineros más". Hay siete ollas negras en la cocina automatizada, que giran en un ángulo de 45 grados tras ser llenadas mecánicamente con ingredientes. A continuación, la tecnología de infrarrojos calienta las ollas a 180 grados, tras lo cual los platos terminados se vuelcan automáticamente en sus cuencos. El agua caliente de las boquillas a presión limpia las ollas y el proceso de cocción vuelve a empezar. Sólo el refinado de los cuencos con ensalada, verduras crudas y cereales se hace manualmente.

¿Desea obtener más información sobre las soluciones de automatización y digitalización de B.PRO? No dude en ponerse en contacto con nosotros.